ADVIERTEN DAÑOS CEREBRALES POR JUEGO DE LA ASFIXIA
06 de Junio de 2012
Ante la moda del “juego de la asfixia”, del desmayo, del viaje al cielo, del elevador, del nocaut o diabólico, la Diputación Permanente aprobó exhortar a las secretarías Educación y de Salud locales a implementar un programa informativo en escuelas secundarias y preparatorias capitalinas para prevenir, erradicar y dar a conocer los riesgo y daños de lo que se conoce también como choking game.
El diputado Jorge Palacios Arroyo señaló que dicho juego se practica entre dos o más personas y consiste en que un compañero coloque sus manos en el cuello de la víctima y lo apriete hasta inducir el desmayo, sin embargo este puede ocasionar desde daños neurológicos hasta la muerte.
Agregó que el estrangulamiento restringe el fluido sanguíneo que corre al cerebro, al comprimir la arteria carótida interna del cuello con los dedos pulgares, en ambos lados del cuello al mismo tiempo o por medio de una ligadura. “Este procedimiento por sí solo, es capaz de provocar el desmayo o la pérdida de la conciencia, aunque la tradición de este juego, generalmente lleva a algunas otras acciones como dar un “abrazo de oso”, el cual es dado por otra persona aplicando presión sobre los pulmones”, sostuvo el legislador.
Sostuvo que la recuperación tarda segundos, sin embargo el daño cerebral puede no ser rápidamente visible o aparente, aunque esto puede llevar a otros problemas cerebrales. Las lesiones pueden incluir conmoción cerebral, fractura de huesos, morderse la lengua y hemorragias en los ojos.
“En México no existen estadísticas que reporten la frecuencia de esta práctica en adolescentes, pero sí se ha incrementado el número de videos subidos en las redes sociales e Internet”, puntualizó.
Sin embargo mencionó que en los estados del norte de la República Mexicana han existido lesiones importantes a nivel neurológico e inclusive reporte de fallecimiento de algunos jóvenes.
Por lo anterior, consideró relevante alertar a la población escolar más vulnerable, de los riesgos y los daños inmediatos y tardíos de privar de irrigación sanguínea al cerebro, donde existen células sensibles, mismas que no se regeneran una vez muertas las neuronas.