ALDF REALIZA FORO SOBRE CORRIDA DE TOROS EN EL DF
07 de Diciembre de 2011
Boletín # 883
Con el objetivo de sustentar las bases para una reglamentación acorde con las perspectivas de la ciudadanía sobre las corridas de toros en el capital, la Comisión de Administración Pública Local, que encabeza el diputado José Luis Muñoz Soria, continuó con el Foro “Corridas de Toros en el Distrito Federal”.
La directora de AnimaNaturalis, asociación protectora de animales, Perla Oloarte, advirtió que las corridas de toros son un espectáculo bochornoso que escenifica la falsa superioridad y la fascinación enfermiza con la sangre y la carne de la que se alimentan, llegando a justificar y trivializar la muerte del toro como arte y diversión.
Los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, Beatriz Banda y Alejandro Herrera, desmintieron la afirmación de que el toro de lidia no sienta dolor y por consiguiente no sufra en las corridas de toros, afirmación de la que se han valido ganaderos, empresarios y toreros que defienden esta tradición. Expresaron que negar esta situación, con todas las heridas que le producen la divisa, la puya, las banderillas y la espada, es lo mismo que negar que le dé hambre si lo dejan sin comer ocho días.
Los integrantes de la Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales AMEDEA, invitaron a los legisladores a reflexionar sobre la penosa costumbre de la fiesta taurina, así como se viene reconociendo en otros países como España, que siendo la cuna de las corridas de toros, se ha tomando conciencia y a pasos veloces han retirado este bochornoso espectáculo.
Por otra parte la psicoterapeuta y tanatología Nelly Glat, así como el investigador de la UNAM, Francisco Galindo solicitaron, por ética y salud mental, romper inercias nocivas de abuso a los animales. Argumentaron que diversos estudios han demostrado que existe un estrecho vínculo entre el maltrato de los animales y la violencia de género, el maltrato infantil y otros tipos de violencia interpersonal, y agregaron que los jóvenes que presencian maltrato animal de manera reiterada pueden ser más vulnerables a usar la violencia en sus relaciones personales.
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