Empoderamiento ciudadano antídoto para acabar con la marginación y la caridad que el gobierno ejerce a modo
15 de Mayo de 2016
· Funcionarios de la CDMX confunden obligaciones y responsabilidades como servidores públicos con filantropía
· Para comer tres veces al día, los ciudadanos deben empoderarse, señaló Ángela Valencia
· Ciudadanos tienen capacidad para impulsar cambios sociales de manera pacífica que los mandos no entienden o dicen no comprender
El empoderamiento ciudadano es el mejor antídoto para terminar de una vez con la marginación y con la caridad que el gobierno de la Ciudad de México ejerce a modo para mantener su estatus de partido en el poder, señaló la diputada Ana Juana Ángeles Valencia.
Durante el Foro Rumbo a la Constituyente de la Ciudad De México, Democracia Participativa y Empoderamiento Vecinal que se llevó a cabo en la colonia San Bartolo Atepehuacan, en la delegación Gustavo A. Madero, Ángeles Valencia precisó que funcionarios de la CDMX confunden obligaciones y responsabilidades como servidores públicos con filantropía.
Las autoridades, afirmó, dicen no estar informados o no tener conocimiento de los graves problemas capitalinos como de movilidad y servicio público del transporte, sobre mecanismos de defensa del medio ambiente o respecto al cambio de uso de suelo en beneficio de unos cuantos y cuando el ciudadano acude por respuesta sólo les ofrecen un placebo dilatorio, subrayó.
En ese sentido, invitó a los más de 200 asistentes al foro a sumar esfuerzos para dejar de ser las personas marginadas que dependan de la caridad del gobierno cuando es su obligación brindar satisfactores públicos y sociales.
Ángeles Valencia expresó que al hablar de empoderamiento social necesariamente se tiene que transitar por el camino de la marginación en la que permanecen más de 50 millones de mexicanos confinados a medio comer una vez al día.
Argumentó que la mitad de los mexicanos están marginados de los servicios de salud elementales, excluidos de los sistemas educativos y lo peor alejados de los derechos humanos más elementales como es el derecho a la vida digna.
En ese espacio dejó claro que los capitalinos necesitan empoderarse para aumentar su fortaleza social e impulsar cambios positivos que permitan vivir dignamente; comer tres veces al día; tener acceso a servicios médicos de calidad; educación apegada a nuestra idiosincrasia; transporte público digno; servicios de agua y drenaje, todos, gratuitos y sin distinción social.
Señaló que los capitalinos cuentan con capacidades para impulsar un cambio social pacífico, desde cada una de sus actividades como comerciantes, como prestadores de servicios, a través de sus profesiones y oficios y desde el hogar.
Abundó que el empoderamiento es la adquisición de poder e independencia de la sociedad en su conjunto de las autoridades mezquinas para un mejorar modo de vida que hoy es desfavorable.
Invitó a los capitalinos a organizarse, a cooperar en las tareas comunitarias y sociales, exigiendo a las autoridades territoriales, delegacionales, de los Gobiernos de la Ciudad de México y Federal mejores servicios públicos; un desarrollo urbano armónico con la naturaleza; mayor generación de empleos; atención gubernamental sin corrupción y administraciones transparentes
En suma, dijo, son muchos los retos que atender y ya nos dimos cuenta que las cadenas de mando no funcionan por lo que es necesario impulsar gobiernos comunitarios horizontales donde se escuche la voz de todos y se practiquen acciones incluyentes.
La participación ciudadana es elemental en la toma de decisiones y ya no permitamos que en las rodillas y atrás de un escritorio los funcionarios resuelvan los grandes problemas urbanos de esta hermosa Ciudad Capital, sostuvo.
La primera Constitución Política de la Ciudad de México debe ser redactada por la voz del pueblo representada por MORENA, representada por Ramón Jiménez, Patricia Ruiz Anchondo, Patricia Ortiz y José Nerí, entre otros, destacó.
Hizo notar la presencia de los 60 candidatos de Morena a la Constituyente, de los que, agregó, al menos se necesitan 36 diputados morenistas para fortalecer un equilibrio de fuerzas en el que prevalezca la voz y el sentir de todos los capitalinos -de más de 8 millones de personas- y detener el avance de los 40 candidatos impuestos, de manera impropia desde dos poderes de la Nación, el Ejecutivo y el Legislativo.