FALTA DE VERIFICACIÓN EN MICROBUSES ARRIESGA A USUARIOS
24 de Febrero de 2012
Con la finalidad de reducir el índice de accidentes que se han venido registrando en unidades del transporte público de la delegación Tlalpan, el diputado Rafael Calderón Jiménez (PAN) demandó a los titulares de la demarcación y de la Secretaría de Transportes y Vialidad a que en coordinación, implementen un plan integral de movilidad y de transporte que coadyuve a regular la operación de las diversas rutas de microbuses que operan en la zona.
“Los accidentes generados en fechas recientes por las rutas 36, 76 y 101 de microbuses que circulan en Tlalpan reflejan la falta de supervisión de las unidades del transporte público por parte de las autoridades. El mal estado en que se encuentran y el exceso de velocidad son resultado de la falta de verificación, planes y programas de transporte eficientes por parte de las autoridades capitalinas”, dijo.
El también diputado por el distrito XXXVIII de Tlalpan señaló que tan sólo en los últimos meses se han suscitado tres accidentes de microbuses en la delegación que derivaron en la muerte de sus usuarios o en lesiones considerables para los mismos. Tan sólo el pasado 5 de noviembre de 2011 una unidad se quedó sin frenos en la autopista México-Cuernavaca, en la colonia Chimalcoyoc, lo que cobró la vida de más de 10 personas.
Asimismo, recordó, el domingo 19 de febrero, un chofer de la ruta 76 arrolló a tres menores de edad, provocando graves lesiones a dos de ellos y la lamentable muerte de una menor de apenas 12 años. Por otro lado, el 27 de enero, una unidad de la ruta 36 sufrió un accidente en Calzada del Hueso y Canal de Miramontes, lo que hace de vital importancia tomar las acciones necesarias para evitar más decesos.
Calderón Jiménez indicó que de acuerdo con cifras del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia, en los últimos cuatro meses se han recibido 311 quejas sobre microbuses y taxis por otorgar un mal servicio, principalmente por manejar de forma imprudente.
“El 55 por ciento de las llamadas fueron en contra de microbuses. En tanto que un 46 por ciento de los usuarios refieren una mala atención por parte de los operadores. Tener en mal estado las unidades, no respetar las zonas de ascenso y descenso y el consumo de bebidas alcohólicas representaron cada una un 6 por ciento de las opiniones”, precisó.
En ocasiones, comentó, los microbuses presentan alteraciones en su estructura que impiden la visibilidad al interior y al exterior. En otras, carecen de póliza de seguro, además de que algunos conductores no presentan licencias de conducir, por sólo poner un ejemplo.
Aseveró que si bien la suspensión provisional de operaciones de las rutas involucradas en los percances es válida, es necesario establecer políticas públicas y un programa de movilidad estricto que permita un mejor servicio. Asimismo, se debe sancionar con mayor rigor las malas conductas de los operadores.
“Algunas rutas se han convertido en grandes consorcios subdivididos en ramales que administran docenas de unidades. Es indispensable garantizar la seguridad de los usuarios del transporte público, colocándolos en constante revisión para un estricto control de su estado mecánico, antes de que las mismas continúen en operación”, finalizó.
