IN MEMORIAN POR NUESTROS MUERTOS DEL 19 DE SEPTIEMBRE DE 1985
19 de Septiembre de 2015
Desde el 19 de septiembre de 1985 nuestra ciudad quedó marcada por un antes y un después. La muerte y la vida han adquirió otros significados.
Expresar palabras es difícil sino van acompañadas de una conciencia profunda sobre lo frágil de nuestro territorio. Porque, además, pesan mucho más las imágenes que las palabras. Porque pesan más los recuerdos que los discursos.
En tres décadas no hemos aprendido la lección, la tragedia se ha convertido en un acto protocolario con el cual no se honra a los muertos.
De nada sirven los actos solemnes y poco o nada de respeto les guardamos si no adoptamos las medidas legislativas y gubernamentales correspondientes CON EL PROPÓSITO DE EVITAR QUE SE REPITA EL LUTO NACIONAL.
Aún somos incapaces de responder a nuestro más elemental deber constitucional: la seguridad y protección de los ciudadanos. Los vicios y errores se siguen cometiendo, incluso se impulsan acciones que pareciera van en busca de repetir tragedias.
Como venir a este recinto a guardar un minuto de silencio, cuando seguimos sin entender el riesgo permanente ante un fenómeno natural. Aún hay dilación en materia preventiva, y actos indolentes, mientras permitamos que haya familias asentadas en zonas de riesgo. No tenemos un mapeo exacto para actuar en emergencias ni nos hemos preocupado en buscar suelo apto para reubicar a quienes, ya no por sismos, incluso por cuestiones tan simples como la lluvia, pueden estar en peligro.
Pregunto, ¿Tenemos la capacidad o el sistema adecuado para monitorear permanentemente los riesgos?
Hay que insistir con intensas campañas de educación, pero no sólo para la población. Debemos también re-educarnos como gobierno y Poder Legislativo porque parece ser que no tenemos memoria de que nuestra ciudad de México es un territorio altamente vulnerable.
Se trata de que la prevención sea un eje que atraviese a todo nuestro andamiaje jurídico y social. Se trata, insisto, de que todos sepamos con certeza qué hacer en caso de desastres pero sobre todo, debemos erradicar la indolencia de resolver, sin prevenir.
Esto no lo podremos hacer mientras mantengamos legislaciones que priorizan la destrucción del suelo – como la de Desarrollo Urbano- sin respeto a planes de construcción, insistentes modificaciones al territorio y una idea monetarista del suelo urbano con protección inadmisible a voraces inmobiliarias.
Debemos entender que hay rechazo, que se acrecentó en los últimos meses, y que nuevamente unió en solidaridad a población de antagónicos niveles económicos, contra quienes destruyen sus viviendas para convertirlas en rascacielos y quienes lo permiten.
LA CIUDAD, NO AGUANTA MÁS DESORDEN EN LA CONSTRUCCIÓN.
Tengamos presente cuantos edificios se cayeron el 19 de septiembre de 1985, qué tan evidente fue la voracidad y poca ética de constructores, ¡Que llevó a convertir a esta ciudad, en escombros!
¿Treinta años no han sido suficientes? Es tiempo de tomar acciones verdaderas. El humanista, invita a este Poder Legislativo a que trabajemos conjuntamente para cada delegación política tenga definido su Atlas de Riesgo y su forma de resolver contingencias de diversa índole.
Mandemos un exhorto también, para identificar dónde el suelo es apto para construir. En vez de convertirnos sólo en emisores de leyes, busquemos respeto a nuestros ordenamientos y señalemos a quienes autorizan construir en zonas de peligro.
Señores diputadas y diputados, es urgente tener nuestro propio FONDEN para la Atención de Desastres Naturales de la ciudad de México. No podemos seguir dependiendo de los recursos que nos otorgue la federación, eso nos limita, y no permite responder con la prontitud que exige la población ante una emergencia.
Impulsemos un programa también de crédito con una bolsa especial para todas aquellas familias que ya no quieren vivir en la zozobra, que sea independiente de los créditos regulares para vivienda y demos a regiones de peligro, una opción para impulsar áreas verdes.
Con ello, nuestras lamentaciones no serán más arrepentimientos, ni graves omisiones a nuestra responsabilidad pública.
En julio pasado los partidos hoy mayoritarios en esta Asamblea (PRD Y MORENA) señalaron LOS PELIGROS DE MANTENER EL ARTÍCULO 41 DE ESA LEY (de Desarrollo Urbano) comprometieron aprovecho la tribuna para recordárselos ¡HAGÁMOSLO EFECTIVO! ¡DEROGUEMOS EL ARTÍCULO 41, es necesario y con ello honramos a nuestros muertos.