LA INSEGURIDAD ALEJA INVERSIONES
19 de Octubre de 2011
En el Distrito Federal se han iniciado los cierres de empresas o la cancelación de inversiones por la inseguridad, que en el caso de los delitos por robo a transeúnte en vía pública y lesiones por disparo de arma de fuego, la tendencia es que con relación al año anterior se incrementen a final de 2001 en 15 y 17 por ciento, respectivamente, de acuerdo a proyecciones del presidente de la Comisión de Fomento Económico, el diputado José Alberto Benavides Castañeda.
Por lo anterior, presentó junto con del diputado Adolfo Orive –ambos coordinador y vicecoordinador de la fracción parlamentaria del Partido del Trabajo, respectivamente— el exhorto aprobado ayer por la Diputación Permanente de la Asamblea Legislativa para difundir los programas ciudadanos de prevención del delito de la Secretaría de Seguridad Pública mediante los módulos de atención de los 66 legisladores locales.
Igualmente se planteó organizar talleres de información para que los encargados de dichos módulos y los responsables de los centros de Servicios y Atención Ciudadana de las 16 delegaciones los conozcan y apoyen su difusión.
“El crimen y la violencia siembran terror y ansiedad en la percepción de seguridad en la ciudadanía y detienen el desarrollo económico, haciendo poco atractivas para la inversión a las zonas afectadas”, afirma en el exhorto Benavides Castañeda, autor del punto de acuerdo.
También, explicó en el documento, se reducen los beneficios de los comercios debido a la necesidad de inversión en servicios de seguridad privada para proteger a los empleados, así como la transportación de bienes e insumos; “la baja calidad de seguridad en la población afecta a diferentes sectores y genera costos sociales directos e indirectos, económicos y políticos”.
Por lo anterior, dijo en entrevista el legislador, la sociedad civil tiene un rol fundamental y debe incentivarse su participación en el proceso de reforma policial, el cual debe emprenderse para mejorar la seguridad pública, tomando en cuenta la percepción ciudadana y las necesidades de la población respecto al fenómeno de la criminalidad en el Distrito Federal, es decir, “identificar y hacer del conocimiento público las áreas de prioridad en política pública que los ciudadanos tienen”.
Este fenómeno, explicó Benavides Castañeda, no sólo lesiona el patrimonio y la integridad física de las personas, sino también conlleva deterioro en el estado de derecho, desalienta la inversión –principalmente la de largo plazo—, debilita la base competitiva del sector productivo y, por ende, disminuye el potencial de crecimiento económico.
Contra el delito, agregó, hay dos alternativas: la prevención y la represión. Sin embargo, éstas no se excluyen. “Los últimos programas contra el delito implementados con eficacia en países como Inglaterra, Estados Unidos y Canadá, demuestran que se deben combinar ambas estrategias”.
Finalmente, enfatizó, es necesario crear la percepción de seguridad en los habitantes del Distrito Federal, para que mediante la cultura de la denuncia se convenzan de que los actos delictivos nos son impunes en su totalidad. “Esto se logrará promoviendo los diversos programas de seguridad que ofrece la propia Secretaría”.