Las leyes de poco sirven mientras existan gobernadores misóginos y con actitudes discriminatorias hacia indígenas: Ana Ángeles
19 de Diciembre de 2016
· Morena exige sanciones severas para los funcionarios públicos que ofendan la dignidad de todo indígena
· El gobernador Omar Fayad Meneses, más allá de una disculpa, debe ser sancionado y destituido de su cargo por actos discriminatorios
· La Primera Constitución de la Ciudad de México debe reflexionar sobre ataques a grupos indígenas radicados en la capital del país
Mientras existan gobernadores misóginos y con actitudes discriminatorias hacia las comunidades indígenas como es el caso del primer mandatario de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, que se burló de la forma de vida de los habitantes originarios de Acaxochitlán, de aquella entidad, de poco servirá el diseño de leyes que defiendan sus derechos indígenas si los primeros obligados en respetarlas los agreden con sátiras que ofenden a todos los grupos indígenas del país.
En ese sentido la diputada Ana Juana Ángeles Valencia sostuvo que deben existir sanciones severas para los funcionarios públicos que ofendan la dignidad de todo indígena sin distinción del cargo y que más allá de sólo mostrar una disculpa, sean penalizados económicamente y destituidos de su cargo como es el caso de Fayad Meneses.
Ángeles Valencia destacó que Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación para el Estado de Hidalgo, en su artículo 6° menciona que “toda autoridad o servidor público, que actúe o se desempeñe en el Estado, independientemente de la esfera pública a que pertenezca, deberá abstenerse de efectuar prácticas discriminatorias por acción u omisión” y enfatiza que “es obligación de los servidores públicos y los titulares de los órganos a que se refiere el párrafo anterior, adoptar todas las medidas que le sean factibles, para el exacto cumplimiento del objeto” de esa Ley.
En ese contexto se manifestó a favor de que en la Primera Constitución de la Ciudad de México se reflexione sobre este tipo de ataques a grupos indígenas radicados en la capital del país y, sobre todo, a los integrantes de Pueblos y Barrios Originarios, por el simple hecho de su condición étnica.
Destacó que actualmente los grupos indígenas residentes en la Ciudad de México con mayor presencia son nahuas, (27.4%); mixteco, (10.8%); otomí, (10.2%); mazateco, (9.6%); zapoteco (7.9%); mazahua, (6.3%) y totonaca, (4.1%).
Mencionó que el proceso de incorporación de la migración de comunidades indígenas, en muchos de los casos, es consecuencia de desplazamientos involuntarios de su comunidad de origen que los han obligado a permanecer y residir en esta Capital desde hace varias décadas, sin embargo, agregó, han subsistido por mucho tiempo en el olvido de las políticas sociales, a pesar de que familias enteras se han asentado desde hace varias generaciones en diversas delegaciones capitalinas.
Ángeles Valencia destacó que la mayoría de los grupos indígenas son rechazados por su condición de migrantes cuando solicitan servicios médicos, además de padecer múltiples dificultades, desde administrativas, a partir de la carencia de sus documentos de identidad hasta la privación de una vivienda digna.
Subrayó que por su condición de migrantes y su procedencia étnica los indígenas son explotados laboralmente en ocupaciones de carácter informal como el comercio en vía pública, trabajos en la industria de la construcción en la elaboración y venta de artesanías, entre otras actividades.
Por su parte, agregó, las mujeres indígenas se emplean en el trabajo doméstico y son quienes han enfrentado situaciones más desfavorables porque viven en situación de calle junto con sus hijos.
Hizo notar que la construcción de una legislación específica hacia esta población es una deuda que se ha postergado en la Ciudad de México, y que con ello se ha incurrido en omisión de carácter legislativo que ha dejado desprotegida a una población que, además de pertenecer a uno de los principales grupos en situación de vulnerabilidad, sufren a diario un sinfín de actos de discriminación por parte de las instituciones públicas y por la propia sociedad que los ha relegado a una total desprotección como ciudadano no plenos.
Ángeles Valencia recordó que lo que sucedió el pasado miércoles 14 de diciembre, donde el Gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, hizo “recomendaciones” en Acaxochitlán a las mujeres indígenas para evitar que tengan más hijos y donde sarcásticamente expresó: “ya les dije que duerman con ropa, la que menos tiene, tiene tres, por eso se acaban las estufas, ya les dije que duerman con ropa, producen mucho chamaco”.
Hizo notar que aunque algunos medios locales de Hidalgo lo catalogaron como una broma, consideramos que el Gobernador utilizó un lenguaje que muestra, una vez más, la discriminación que sufren los pueblos originarios en el país.
En ese sentido coincidió con el diputado local de Morena, de origen indígena, Efrén Salazar, que desde la tribuna del Congreso del Estado exigió al Gobernador Fayad Meneses una disculpa pública por sus declaraciones en contra de los pueblos originarios en el Estado.
