NI DOLO, NI ACTITUD MEZQUINA, SÓLO APLICACIÓN DE LA LEY: LJH
29 de Octubre de 2015
La presidencia de la Mesa Directiva no será rehén de disputas parlamentarias ni se permitirá reiteradamente alterar el orden o la inasistencia de las y los legisladores durante los trabajos parlamentarios, aclaró el diputado Luciano Jimeno Huanosta, titular de ese órgano de gobierno.
La suspensión de la sesión de este jueves, precisó, fue porque no hubo quórum, ya que sólo había 26 de 66 diputados locales de diversos partidos políticos, lo que no significa una instrucción de otro u otros grupos parlamentarios “ni lo permitiría”, para tomar decisiones que establece como obligación y facultades la Ley Orgánica y el Reglamento Interno de la ALDF.
En la sesión sólo se aplicó lo que establecen dichos normas internas de la ALDF, en diversos articulados, como el 36, fracción I y X, que marcan como obligación del presidente de la mesa directiva en turno, velar por el respeto al fuero de los diputados, no violentar el recinto parlamentario, asistir permanentemente en los días de sesión y suspenderlas por causas justificadas, entre ellas la falta de quórum.
La facultad del presidente es institucional, y a las 09:15 de la mañana faltaban ocho legisladores para lograr el quórum reglamentario, que establece un total de 34 para iniciar la sesión; no llegaron a tiempo 12 legisladores del PRD; nueve diputados de MORENA; ocho del PRI; tres del PAN; dos del PVEM; tres de Movimiento Ciudadano; uno del PT, uno del PES y otro del PANAL, respectivamente.
Cabe hacer notar que se incorporaron más tarde, una vez declarado sin quórum la sesión, seis diputadas y diputados, lo cual, genera una mala imagen ciudadana, porque las instituciones en los que menos confían son en los partidos políticos, con 41 por ciento.
Le sigue la Cámara de Diputados con 37 por ciento, subrayó, al recordar estadísticas del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, que aplicó telefónicamente el estudio sobre confianza en las instituciones en octubre de 2014.
Precisó que en ningún momento hay dolo en la aplicación de la ley, pues las facultades que confieren los órganos legales internos de la ALDF, son para aplicarse, y mal se haría que fueran los legisladores quienes violenten los principios que norman las actividades parlamentarias.