Plusvalía, término manipulado con dolo por la ultraderecha: Romo
18 de Diciembre de 2016
· Politizó el término “plusvalía” el gran capital para confundir a la gente
· El gobierno de la ciudad ni pretendía ni cobrará ningún impuesto por la compra venta de un inmueble
· Se refería, exclusivamente, a que los desarrolladores están obligados a cumplir con obras de mitigación cuando construyan
El rumor de que el Gobierno de la Ciudad se quedaría con parte del valor de un inmueble cuando alguien quisiera vender un inmueble, es absolutamente falso y se trató de una campaña orquestada desde la ultraderecha para confundir a la gente, informó el diputado Víctor Hugo Romo Guerra.
Es absolutamente falso que el gobierno de la ciudad planteara que la plusvalía es una expropiación de la vivienda de las personas, o pretendiera quedarse con parte del valor del inmueble al momento de realizar alguna compra venta, y tampoco es el fin de la propiedad privada, explicó el legislador perredista.
Se trató de una campaña de polarización ideológica diseñada desde los grupos de poder más poderosos, con la intención de desprestigiar al doctor Miguel Ángel Mancera y atacar a su gobierno, que lo único que propuso con el término plusvalía es que los grandes desarrolladores realicen, obligadamente, obras de mitigación y beneficio social cuando construyan.
Resaltó que sacaron de contexto el término para manipular a los medios de comunicación y desinformar a la población capitalina, el término plusvalía se aplica desde hace muchos años en las grandes ciudades del mundo, y aquí, en lugares como Guadalajara y Aguascalientes, entre otras.
“Es decir”, abundó Romo Guerra, “la plusvalía se refiere concretamente a que las grandes inmobiliarias tienen que pagar parte del costo del impacto urbano, del proceso de urbanización, que provoca la construcción de un desarrollo. Nada más y nada menos”, precisó el legislador.
“Más claro”, desglosó Romo, “cuando se construye en una zona donde había un piso, un inmueble de 40 pisos, hay nuevas demandas de infraestructura, de agua, accesos peatonales y demás infraestructura, que no los puede pagar la ciudad con el predial de todos, porque beneficia directamente al desarrollador y él tiene que pagar parte de esa nueva infraestructura”.
Entonces, abundó, un porcentaje del valor que adquiere el terreno, al darle los permisos de construcción y cambiar el uso de suelo, se va a la ciudad y se puede etiquetar ya sea en la infraestructura que requiere la zona, o en otras partes donde se requiere impulsar el desarrollo urbano.
Como no quieren que se les obligue –sostuvo Romo- los desarrolladores han deseado, desde que la izquierda asumió por la vía democrática el Gobierno de la Ciudad de México, tener un control “depredador del suelo y de la vivienda en la capital del país”.
“Ellos calificaron el término plusvalía como un concepto de apropiación del bien privado, es decir, una expropiación, y eso no pasaría ni de broma en un gobierno de izquierda, de vanguardia y progresista, donde prevalece la democracia”, destacó Romo Guerra.
“La confusión también se dio porque el término plusvalía tienen su origen en los grandes ideólogos de la izquierda, quienes lo acuñaron para explicar cómo opera el valor agregado de las mercancías”, precisó.
Por fortuna, recordó Romo, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México salió al paso de los rumores y los desactivó al vetar cualquier intención, venga de donde venga, de cobrar un nuevo impuesto a la vivienda.
Romo también explicó que el impuesto catastral ya se le cobra a la gente y se actualiza permanente cada año, automáticamente, de acuerdo con las adecuaciones y mejoras que experimenta el entorno urbano.