PROPONE DESAPARICIÓN DE INVEA POR INEFICAZ Y CARO
10 de Octubre de 2011
Al advertir que la situación económica de la Ciudad de México no está para seguir manteniendo “elefantes blancos”, el diputado Guillermo Huerta Ling solicitó la desaparición del Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) ante la falta de resultados y el elevado costo que representa para los capitalinos.
“Desde su creación, en enero del 2010, dicho Instituto confirmó ser un rotundo fracaso, una entidad opaca, cara e ineficaz para cumplir con el objetivo para el que fue creada. No es posible que sólo haya verificado poco más del 1 por ciento de los cerca de 400 mil establecimientos mercantiles que existen en el Distrito Federal”, acusó.
Y no sólo eso, agregó, cada visita que el INVEA realiza a un establecimiento mercantil le cuesta la ciudad cinco mil 823 pesos, lo que resulta verdaderamente escandaloso”.
El legislador manifestó que al día de hoy este Instituto incongruentemente cuenta con un presupuesto de 373 millones de pesos, un 100 por ciento más de los recursos asignados al de la Secretaría de Protección Civil y ni siquiera tiene la facultad para clausurar, además los resultados en esta materia son 210 visitas solamente, lo que significa que una verificación en este rubro ha costado un millón y medio de pesos.
“Si bien ninguna dependencia, entidad o institución puede hacerse cargo de garantizar que en todos los lugares en los que tiene competencia se cumpla a cabalidad con la normatividad aplicable, el INVEA no ha reportado ningún cierre, detenidos, ni remisiones”, apuntó
Otro gran fracaso del Instituto es que pese a la firma de acuerdos con varias instancias del GDF, como el de la Procuraduría para evitar extorsiones en las verificaciones, hasta ahora no existen ningún tipo de denuncias.
En el caso de la Secretaría de Salud, en mayo de este año, el INVEA se comprometió a realizar verificaciones conjuntas para vigilar el cumplimiento de la Ley de Protección a los No Fumadores y a la fecha sólo se han realizado 18 visitas, lo que resulta ridículo, concluyó Huerta Ling.
