Martes 12 de Noviembre de 2024

Transmisión en vivo
Play

Sin transmisión

Agenda del día
Sin Actividades Legislativas

TEMA
DEL DÍA

AL INSTANTE

Noticias

Principal / 

EL REGLAMENTO DE TRÁNSITO: INCONGRUENTE, DESPROPORCIONADO E INSENSIBLE A LA REALIDAD DEL VALLE DE MÉXICO, AFIRMA FERNANDO ZÁRATE

EL REGLAMENTO DE TRÁNSITO: INCONGRUENTE, DESPROPORCIONADO E INSENSIBLE A LA REALIDAD DEL VALLE DE MÉXICO, AFIRMA FERNANDO ZÁRATE

06 de Enero de 2016

* Se elaboró con una visión local que ignora la interacción metropolitana
de millones de personas y vehículos de transporte público y privado cada día.

* Es mal precedente para la constitución de la Ciudad de México, que debe ser integracionista, advierte el presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano


El Reglamento de Tránsito que recientemente entró en vigor en la ciudad de México es incongruente, desproporcionado, insensible a la realidad de los habitantes del Valle de México, inconstitucional en varios aspectos y puede ser un mal precedente para la elaboración de la constitución de la Ciudad de México, expresó el diputado Fernando Zárate Salgado.

El Presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal indicó que ante el tránsito cotidiano de millones de personas y vehículos provenientes de los estados de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Morelos y Querétaro, principalmente, era imprescindible que el gobierno de esta ciudad mantuviera la coordinación con las autoridades de esas entidades para unificar medidas ambientales, administrativas y de control, encaminadas a facilitar el movimiento de personas y mercancías.

La realidad que se vive desde finales del siglo pasado en la Zona Metropolitana del Valle de México exige que las políticas públicas sean planteadas con una visión integracionista, que estimule las actividades económicas, educativas, sociales y recreativas de todos sus habitantes y no que se apliquen medidas recaudatorias para el beneficio de unos cuantos gobernantes e intereses transitorios, advirtió el legislador.

Los factores económicos, sociales y ambientales que impactan en la Ciudad de México van más allá de sus límites geográficos, por lo que no es posible ni conveniente plantear una política urbana y/o de movilidad reducida al territorio del Distrito Federal. La zona metropolitana se integra por un conjunto de personas y relaciones productivas que visiones miopes de la política no han comprendido.

Para quienes cruzan la zona conurbada del Valle de México, el Reglamento resulta inoperante e incongruente, pues con tan sólo trasponer el límite estatal se puede evitar una sanción o incurrir en una infracción. Esta es la realidad constante para el transporte público de pasajeros y para quienes viven en una entidad y se trasladan a otra a fin de trabajar, estudiar o por cualquier otra razón, ya que en el Estado de México tendrán sus multas y aquí otras, manifestó Fernando Zárate.

Supuestamente las autoridades de la Ciudad de México debieron coordinarse. No lo hicieron y ahora ¿cómo pretenden controlar al transporte público del Edomex que recoge gente en el Distrito Federal? Esto es un ejemplo de Incongruencia e insensibilidad derivada de la falta de conocimiento de la realidad. Adicionalmente, muchas sanciones del reglamento son desproporcionadas e inconstitucionales en varios aspectos.

El Reglamento de Tránsito es una norma pensada para Berlín, con una realidad de Calcuta, con altísimas sanciones que llevarán al extremo la relación entre autoridades y ciudadanos hasta contradecir principios jurídicos que pueden llevar a conflictos sociales y legales, o en el mejor de los casos a que la norma sea incumplida por estar ajena a la realidad. Y ello obedecerá a la falta de planeación, coordinación y --.sobre todo-- de una visión integral del problema de movilidad, expuso el presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano de la ALDF.

Advirtió que si la constitución que se creará en el marco de la reforma política del DF tiene una visión metropolitana –como debe ser--, el gobierno de la Ciudad de México ya empezó mal, al haber generado un reglamento de tránsito localista y no integracionista.