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SEXTA LEGISLATURA DE LA ALDF PARTEAGUAS EN LA VIDA POLÍTICA DE LA CIUDAD DE MÉXICO



06 de Marzo de 2015

Boletín # 042

• Reforma política del DF determinante para otorgar a la Asamblea su verdadero valor como Congreso Local, afirma presidente de la Comisión de Gobierno

• A “cuenta gotas” el proceso democrático en la capital, ante la falta de una Constitución Local

Aun cuando se nos ha escatimado la gran Reforma Política y hay quienes se niegan a reconocer la mayoría de edad de la Ciudad de México, ésta ha tenido avances significativos en materia de garantía y respeto de los derechos fundamentales de las personas, sostuvo el presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa (ALDF), Manuel Granados Covarrubias, al afirmar que la VI Legislatura se ha caracterizado como un parteaguas del antes y del después en la vida política de la capital del país.

“Seguramente después de esta legislatura las condiciones políticas de la Ciudad de México serán totalmente distintas”, afirmó. Sin embargo, la Reforma Política del Distrito Federal será determinante para otorgarle a la Asamblea Legislativa su verdadero valor como Congreso Local, toda vez que hoy es un Congreso sui generis.

Mencionó que dentro de la gradual conformación histórica de la Ciudad de México, se ha logrado, “a cuenta gotas”, un proceso democrático donde los capitalinos han podido elegir a sus propias autoridades. “Por primera vez elegimos a un gobernante en 1997 y a partir de ahí empezamos con un proceso democrático también limitado, ante la falta de una Constitución local.

Durante su participación en la presentación del libro “El Necesario Rediseño Institucional del Distrito Federal Mexicano”, autoría del magistrado presidente del Tribunal Electoral, doctor Armando Hernández Cruz, el legislador del PRD externó que mientras el resto de las entidades tienen sus congresos constituyentes y existe un proceso de discusión, de análisis y de consulta para integrar las voces de especialistas en el trabajo parlamentario, en la Ciudad de México hay una imposición legislativa hacia lo que debe ser la capital de la República.

En este contexto, Granados Covarrubias insistió en la necesidad de “que se nos conceda ya a los habitantes de la Ciudad de México la mayoría de edad, porque no es posible que las y los capitalinos tengamos estas limitaciones constitucionales en derechos y atribuciones; no puede ser que podamos nosotros, ahora, generar una condición de limitación a la toma de decisiones y quien decida por nosotros en la escala competencial legislativa sean representantes populares de otras entidades (Congreso Federal) que nada tienen que ver con el día a día de lo que las y los capitalinos sufrimos en diversos temas”.

El también coordinador de la fracción del PRD en la ALDF afirmó que hay temas compartidos en el ámbito legislativo, donde la Asamblea está limitada en sus atribuciones para conocer de tópicos tan importantes que requiere la ciudadanía y que son competencia del Congreso Federal, como es el caso de la exigencia en materia de seguridad y combate a la corrupción, en los que los diputados locales no pueden intervenir.

Por ello, estimó que de darse una reforma política, la más trascendente que habrá en la historia constitucional de la capital, tendrá que ser con una visión distinta, en la que prevalezca el respeto a un esquema de decisión propia para la ciudad, con orientación a un mejor escenario, a mejores condiciones y niveles de vida y de desarrollo para los capitalinos, pero, sobre todo, enfocada a un mayor desarrollo humanista y con capacidad política para acortar las distancias entre las desigualdades y las oportunidades de vida.

Al comentar la obra del magistrado electoral, quien realiza un análisis de la fundación de la Ciudad de México, coincidió con el autor en que la capital del país no parte de un Congreso Constituyente que pueda darle un estatuto de gobierno como las entidades federativas, lo que además provoca una dualidad de atribuciones tanto del legislativo como del ejecutivo y por lo tanto responsabilidades ejecutivas, compartidas tanto del Jefe de Gobierno como del Presidente de la República, que afectan directamente la toma de decisiones de las y los capitalinos.

Dijo coincidir con él en el sentido de que debe generarse en consecuencia una ciudad democrática, una ciudad con una visión distinta, porque será la primera oportunidad que se tenga en relación a un nuevo modelo o esquema de participación, a partir de una revisión de la parte dogmática o de los principios o valores fundamentales que debe contener un instrumento normativo como el nuestro, “que sea la primera constitución local que tenga una visión de respeto a los derechos fundamentales de la persona”.

En su oportunidad, Hernández Cruz agradeció a la Asamblea Legislativa la oportunidad y la valoración de la publicación en la que, señaló, se hacen reflexiones sobre un tema de interés común que, si bien es de coyuntura, también es un tópico de fondo, en el que los capitalinos se han involucrado por mucho tiempo y sobre el que no se termina de encontrar ese necesario rediseño que la Ciudad necesita.

“Lo que se plantea es el necesario rediseño institucional, el cambio de los contenidos jurídico-políticos con los cuales está perfilado el tramado institucional de la Ciudad; estos contenidos se encuentran actualmente en el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal y el planteamiento más aventurado que se hizo en ese sentido fue la necesidad de que sea la Asamblea Legislativa del Distrito Federal la que emita ese ordenamiento, independientemente de que se llame Estatuto de Gobierno, Constitución de la Ciudad de México o como se llame”, expresó.

Expuso que, sin embargo, hoy en día esa discusión ha adquirido un tono distinto, un carácter central, temas que tienen atorada la Reforma Constitucional en lo Federal, lo cual no ha permitido delinear exactamente cuál será el proceso de creación de este nuevo ordenamiento en el que se vaciará ese necesario rediseño institucional de nuestra entidad federativa.

Y cuestionó sobre el hecho de cómo lograr que la Constitución del Distrito Federal, en caso de darse, tenga dentro de su parte orgánica una revisión de las facultades y atribuciones de los Poderes de la Unión en el ámbito local y cómo lograr un mayor régimen de autonomía para éstos.

El magistrado Hernández Cruz enfatizó la necesidad de darle a la capital del país mejores formas de organización política, a fin de tener mejores resultados en la actuación del Gobierno y no porque no se tengan, aclaró, sino porque el propio diseño de la misma obstaculiza la toma de decisiones pronta y expedita.

Al comentar también el libro, el abogado general de la UNAM, César Astudillo Reyes, opinó que la obra refleja la coyuntura actual sobre la discusión política respecto a la refundación, al menos institucional, del Distrito Federal. La obra, agregó, aborda la necesaria distribución competencial que debe realizarse para el DF.