TERMINAR CON MINIHOGARES EN EL DF, EXIGE GPPVEM
25 de Junio de 2012
Ante el incremento de viviendas de entre 32 y 40 metros cuadrados, el Partido Verde Ecologista de México en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, presentó una iniciativa de reformas a la Ley de Vivienda con el fin de asegurar que se construyan hogares dignos y con espacio adecuado para el sano desarrollo de los capitalinos.
Los legisladores comentaron que por la demanda de la vivienda y los pocos recursos con los que cuentan los capitalinos, muchas constructoras han impulsado la edificación de fraccionamientos de interés social sin los mínimos requerimientos de una vivienda saludable, saturando y/o limitando los servicios básicos de la zona como por ejemplo el abasto del agua.
Además, señalaron que estos desarrollos inmobiliarios son construidos en lugares muy apartados de los centros de educación y de trabajo, principalmente en la periferia de la ciudad.
Lo que ha propiciado que miles de familias de bajos ingresos vivan en condiciones nada adecuadas para su desarrollo, aunado a la preocupación por la carga crediticia por su adquisición.
Por ello, la iniciativa propone modificar el artículo 3, e incluir una fracción VII, al artículo 14 de la Ley de Vivienda, para que las futuras viviendas de interés social no sean menores a 50 metros cuadrados.
La fracción ecologista resaltó que con esta reforma se pretende garantizar que las familias trabajadoras y de bajos recursos, cuenten con una vivienda digna y espacio adecuado para su desarrollo pleno, pues actualmente no existe una norma que regule en esta materia.
Recordó que actualmente muchas zonas son usadas como hogares dormitorios derivado de la mala planeación de las viviendas, además que en otros casos las personas viven hacinadas en hogares de entre 32 y 40 metros cuadrados.
De acuerdo con el INEGI, el promedio de ocupantes por vivienda en el 2010, era de 3.6, es decir, en la mayoría de las casas del DF hay por lo menos 4 integrantes. Mientras que el número de viviendas con dos recamaras disminuyó del 22.9 por ciento al 12.5 por ciento, del año 1990 al 2010.
Los asambleístas comentaron que el hacinamiento provoca problemas de salubridad y sociales; algunos especialistas dicen que la falta de espacio constituye un factor que acelera situaciones de agresión y dificulta la convivencia.
Mientras que según la Organización Mundial de la Salud, el mal ambiente de la vivienda se considera un factor de riesgo para la salud de los residentes. Tales como la contaminación del aire interior, particularmente humo de cocinas mal ventiladas y cigarros, la cual contribuye a la severidad de las infecciones respiratorias como bronquitis y neumonía, incrementando el riesgo de cáncer.
Por último, indicaron que los programas de vivienda no sólo deben ayudar a conseguir un patrimonio familiar, también deben garantizar viviendas dignas, saludables, con servicios y espacios suficientes para su bienestar.