La totalidad de Cuajimalpa debe ser considerada como área natural protegida para prevenir voracidad de inmobiliarias: Ana J. Ángeles
14 de Julio de 2016
· El común denominador de los habitantes es el rechazo a mega proyectos y amplias zonas comerciales que propician la depredación
· Habitantes de otras regiones no sólo despojan a los legítimos propietarios, además desvalijan las regiones boscosas
· A tiempo de prevenir el desmonte de cientos de árboles centenarios que le dan vida a los bosques porque protegen a los nuevos que brotaron o que fueron sembrados por la mano del hombre
En conmemoración al Día del Árbol en México, la diputada Ana Juana Ángeles Valencia señaló que los abusos y actitudes irresponsables de desarrolladores inmobiliarios sólo han expulsado a vivir en la periferia y zonas de riesgo a la gente más necesitada lejos de abatir y beneficiar a quienes carecen de vivienda, además de actuar de manera inconsciente en contra del suelo de conservación en la delegación Cuajimalpa.
Destacó que en las reuniones periódicas que realiza con habitantes de la demarcación el común denominador es el rechazo a la construcción de mega proyectos y amplias zonas comerciales que propician la invasión de suelos de conservación y demás clasificaciones que preservan la naturaleza de la zona.
Enfatizó que la llegada de habitantes de distintas regiones de la Ciudad de México, de otras entidades del país e inclusive del extranjero, no sólo despojan de su propiedad a los legítimos dueños del suelo, sino que además desvalijan las regiones boscosas para lucrar con la venta de terrenos cuyo valor se cotiza en dólares puesto que sus prioridades son los negocios.
Comentó que la delegación Cuajimalpa ocupa una superficie de ocho mil 095.00 hectáreas de acuerdo con la línea que delimita el suelo de Conservación y las modificaciones a los límites delegacionales publicados en el Diario Oficial, de las cuales, mil 622.00 hectáreas, (20%) corresponden al suelo urbano y seis mil 473 hectáreas, (80.0%) corresponden al suelo de conservación, que representa el 5.1% del total de la Ciudad de México.
Expresó que aún estamos a tiempo de prevenir el desmonte de cientos de árboles centenarios que le dan vida a los bosques porque protegen a los nuevos que brotaron o que fueron sembrados por la mano del hombre. Aún podemos prevenir la depredación absurda de gente ecocida, sostuvo.
Precisó que hacen falta herramientas legales que eviten los abusos y actitudes irresponsables como los que se cometieron con la norma 26 de ordenamiento de la vivienda.
Por ello, subrayó, debe modificarse la norma para que sea más rígida, con penalidades más severas para evitar mal uso como el que se hizo para beneficio particular con la complicidad de las autoridades omisas o de plano, desaparecer esta regla de la Primer Constitución de la Ciudad de México.
Abundó que la demanda de vivienda anual en la Ciudad es de 40 mil unidades, sin embargo, dijo, hay un déficit acumulado de por lo menos 200 mil al que se suman las familias extendidas de los nativos de la zona que no tienen posibilidad de alcanzar una vivienda cotizada en moneda extranjera.
Argumentó la urgencia de tener una norma suficientemente clara para que no vuelva a abusarse independientemente de ser una norma rígida que pueda propiciar mayor corrupción.
Además, consideró la necesidad de brindar facilidades a los originarios para que construyan sus viviendas acorde al hábitat en zonas perfectamente delimitadas. Ellos mismos son los mejores vigilantes de sus tierras y no permitirían abusos puesto que los abusos de los cuales han sido víctimas, hoy los denuncian con más fuerza.
Sostuvo que el Jefe de Gobierno debe decretar que Cuajimalpa sea una zona de conservación ecológica en beneficio de los nativos del lugar y del resto de la Ciudad de México para hacer frente a los apetitos voraces de desarrollos inmobiliarios.
Subrayó que la disposición deberá proteger a las especies de flora y fauna que perviven en los bosques, y propuso que se elabore un programa conjunto con la sociedad de Cuajimalpa para su manejo eficaz.
Consideró que no debe pasar más tiempo para que la zona aún sea susceptible de restauración y rehabilitación ecológica. Señaló que entre los servicios ambientales y ecosistémicos con que aún cuenta la delegación, entre otros, se podrá conservar la humedad, la regulación del clima, conservación de la vegetación, barreras contra vientos, amortiguación sonora y retención de partículas suspendidas, apuntó.