UNO DE CADA TRES PLANTELES EDUCATIVOS DE NIVEL BÁSICO PRESENTA DAÑOS ESTRUCTURALES
10 de Junio de 2015
La calidad de la educación no puede juzgarse sólo a partir de los resultados del aprendizaje de los estudiantes, manifestó Miriam Saldaña Cháirez, Presidenta de la Comisión de Vivienda de la ALDF, al señalar que existen factores que influyen en los niveles de logro de los alumnos, como el gasto asignado a la educación, la gestión y organización escolares, así como la existencia y condiciones de los recursos materiales con que cuentan las escuelas.
En este sentido exhortó a las secretarías de Educación Pública federal, del DF y del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa para que remitan un informe del estado en el que se encuentran las escuelas de nivel básico, en cuanto a la impermeabilización, calidad del agua, desazolve, instalaciones deportivas y señalización, en materia de protección civil y seguridad en sus planteles, con el objeto de identificar las diversas problemáticas en los centros escolares de la ciudad de México.
La legisladora señaló que las características de la infraestructura física de las escuelas contribuyen a la conformación de los ambientes en los cuales aprenden los niños y, por tanto, funcionan como plataforma para prestar servicios educativos promotores del aprendizaje y garantizan su bienestar.
La Universidad Pedagógica Nacional señala que el ambiente físico, conformado por la infraestructura, es en sí mismo una fuente rica de información para los niños e influye en su aprendizaje y desarrollo integral.
Aún cuando se reconoce que los servicios educativos se pueden prestar bajo condiciones de ausencia, insuficiencia o inadecuación de la infraestructura, es deseable que el entorno donde están los niños tenga características que permitan garantizar su bienestar y facilitar la realización de los procesos de aprendizaje y enseñanza, señaló la asambleísta.
Algunos elementos de la infraestructura física no se vinculan con el desarrollo de las competencias de las y los alumnos de educación básica, pero sí con su bienestar; garantizar su estancia en ambientes seguros y salubres son una obligación del Estado, de ahí que hayan sido catalogados por la Secretaría de Educación federal y local, como uno de los derechos para la educación de los niños, cuyo fin es que sea aceptable, recordó.
En este sentido, la infraestructura física educativa del país, debe cumplir con los requisitos de calidad, seguridad, funcionalidad, oportunidad, equidad, sustentabilidad, pertinencia y oferta suficiente de agua potable para consumo humano, la impermeabilización de la infraestructura de los centros escolares, el drenaje, las instalaciones recreativas y deportivas, las señalizaciones en materia de protección civil y la seguridad en los planteles educativos.
De acuerdo al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en su página web, señalan que aproximadamente uno de cada tres planteles, tanto de primaria como de secundaria, presentan fisuras, cuarteaduras o indicadores visibles de mal estado en su construcción.
Una de cada cuatro secundarias en el país presentan algún daño en sus instalaciones. En promedio, 27.2% de los planteles de secundaria tiene alguna afectación en su estructura, indicó Miriam Saldaña.
Asimismo, uno de cada 11 planteles de secundarias privadas tiene algún tipo de daño físico. Sólo 8.6% de las secundarias privadas presenta alguna afectación en su construcción, siendo estos los planteles con mejor conservación y mantenimiento a nivel nacional, subrayó.
La detección de posibles problemas en la infraestructura de los centros escolares, constituye una imperiosa necesidad; el entorno en el que se desenvuelven nuestras niños es de vital importancia, puntualizó Saldaña Cháirez.